La tecnología biométrica debe estar al servicio de las personas, no sólo de los procesos
Victor Alzate, Director de Producto de Ink, explica por qué la tecnología biométrica en la aviación debe dar prioridad a las personas sobre los procesos, abogando por soluciones modulares, transparencia de datos e innovación inclusiva que sirva a aeropuertos de todos los tamaños.
A medida que la aviación avanza hacia un futuro más digital y conectado, es importante que recordemos por qué lo hacemos. La tecnología en los aeropuertos no debe existir porque sí: debe mejorar los viajes tanto de los pasajeros como de las personas que los atienden.
La biometría y la identidad digital tienen un enorme potencial para lograrlo. Pero hay que hacerlo bien: con transparencia, flexibilidad y una clara comprensión de las necesidades del mundo real.
Hardware donde importa, software donde cuenta
En nuestro sector se habla mucho de transformación digital, pero muchas soluciones siguen diseñándose para ajustarse a una idea estrecha de lo que debe ser un aeropuerto. Esto no refleja la realidad sobre el terreno, especialmente en el caso de los aeropuertos regionales con espacio, personal o recursos limitados.
Por eso adoptamos un enfoque modular. En Ink, diseñamos tanto el hardware como el software para poder adaptarnos a las necesidades reales del aeropuerto y sus aerolíneas asociadas. Actualmente estamos desarrollando un concepto llamado ZERO, que acabamos de presentar en la Passenger Terminal Expo. Reduce considerablemente la necesidad de equipos físicos, al tiempo que automatiza los principales puntos de contacto con los pasajeros.
Ya se trate de puertas biométricas, facturación móvil o emisión de etiquetas de equipaje basada en la nube, el planteamiento debe ser modular y escalable. Integre lo necesario, ni más ni menos, para optimizar el flujo sin gastar de más.
La protección de datos no es opcional
Todavía hay mucha preocupación en torno a la biometría, y a menudo se debe a malentendidos. La gente tiene razón al hacer preguntas sobre cómo se maneja su información personal, y en el sector tecnológico tenemos que dar respuestas honestas y directas.
Uno de los cambios más importantes que estamos fomentando es dar a los pasajeros un mayor control sobre sus propios datos. Nuestra solución de identidad digital admite el almacenamiento de datos temporal y permanente en función de las necesidades de cumplimiento, pero siempre pone al pasajero en primer lugar. Actuamos como procesadores de datos, no como propietarios, alineando nuestro modelo con marcos de privacidad como el GDPR.
Nuestros principios son sencillos y creo que deberían ser universales:
- Obtener el consentimiento antes de crear perfiles biométricos
- No los utilices indebidamente para otra cosa que no sea realizar el servicio que la persona espera que realices
- No realice acciones (como marketing) con perfiles biométricos
- Permita que la persona los anule.
Retos prácticos, asociaciones a largo plazo
Ningún sistema es perfecto y las nuevas tecnologías plantean retos, sobre todo cuando se trabaja con infraestructuras antiguas. Muchos sistemas aeroportuarios heredados no están diseñados para soportar la biometría, lo que crea una brecha técnica. Pero esto no es un callejón sin salida. Hay formas prácticas de lograr la interoperabilidad, como emular los formatos de identificación tradicionales o introducir nuevos flujos de trabajo que encajen en las operaciones existentes.
También reconocemos que la privacidad es sólo una pieza del rompecabezas. Los aeropuertos se enfrentan a cuestiones de presupuesto, personal, formación y adopción. Por eso colaboramos estrechamente con aeropuertos y organismos reguladores, no solo para vender un producto, sino para diseñar conjuntamente soluciones que funcionen en la práctica.
Los aeropuertos más pequeños no deben quedarse atrás
A menudo se da por sentado que sólo los grandes aeropuertos se benefician de la biometría, pero yo creo que los aeropuertos regionales tienen tanto que ganar, quizá más. A menudo operan con menos personal y márgenes más ajustados, por lo que incluso pequeñas mejoras en la eficiencia de los procesos o en la experiencia de los pasajeros pueden suponer una gran diferencia.
Nuestro modelo comercial permite crecer sin grandes costes iniciales. Los aeropuertos pueden empezar poco a poco, probar los beneficios y ampliar gradualmente. Además, hemos diseñado nuestros sistemas para que funcionen eficazmente con un número reducido de dispositivos, de modo que las operaciones más pequeñas no se vean obligadas a invertir en exceso.
Las personas son lo primero, siempre
Al fin y al cabo, la tecnología debería hacer que viajar se sintiera menos como una tarea y más como la experiencia que solía ser. Puede sonar idealista, pero creo sinceramente que es posible. No podemos controlar todos los aspectos del viaje, pero podemos eliminar fricciones, ayudar mejor al personal y dar a los pasajeros una mayor sensación de control.
Por eso somos selectivos a la hora de elegir con quién trabajamos. No sólo queremos implantar un sistema, sino construir algo duradero. Eso significa objetivos compartidos, diálogo abierto y el compromiso de situar a las personas en el centro de todo.